sábado, 6 de noviembre de 2010

Agujas de papel

Una galaxia, un universo,
Un lugar, donde escuché
Una voz, un llanto
Dolor bajo lluvia de amor.
Chaparrón dulzón
Empapó mi corazón
Lleno de melancolía
Se aferró a mi vida.
¿Por qué la añoranza
Vuelve a tocar mi puerta?
Nuevamente confía
En el desdén de mis pasos
Se observan sus sombras
Que angustiadas nombran,
El porvenir que aproxima
Un viento a la ligera
De esos ojos invisibles
Para aquel que no sienta.
Estoy y no estoy,
Veo pero aún no
Se que volvió
Pero también sé que se alejo.
Mis labios cobardes
Orgullosos del temor
No se arrepienten de palabras
Que ni el silencio oyó.
Sé su historia, y también
Su devenir, ¿Cómo? No sé
Me lo dijo aquel
“El traidor”, el mismo de ayer.
Otra vez me azota
Un suspiro que ignorante
Siguió ese reflejo
reflejo que perdido en las penurias
Se ahogó, esperando el agua turbia.
Tanta paz la inquietaba
Su vida: pura duda.
Quiero, ¡Oh, ese deseo!
Me perturba, me hipnotiza
Me obliga a callar
Y a hundirme en cenizas.
Porque su amor fue fuego
Que encendió como el Sol
Que sosegado en espinas
Pudo ser luchador.
Nada asusta a un fiel teniente
De agujas de papel
Frágiles al tiempo
Y al poder de mi mente.
La blancura de la nieve tiñe
Mis cabellos, porque la vida pasa y
La soledad ya está acompañada,
Abrazada a mi alma.